Se
llama alimentación integral a los alimentos que se consumen sin un proceso de
refinamiento y/o procesamiento industrial. Los ejemplos de mayor refinamiento
en el mercado se encuentran en las harinas y sus derivados, los lácteos y sus
derivados, el azúcar blanca y sus diferentes usos. Los aditivos químicos y
conservantes son el principal obstáculo para fortalecer la salud. Los alimentos a privilegiar son aquellos
que encontramos en la verdulería, intentando seleccionar los de estación, o en dietéticas
con cereales y legumbres de grano entero.
Los nutrientes
están distribuidos ampliamente en la naturaleza, no existe alimento que sea
indispensable para un determinado nutriente. La alimentación variada
(semillas, frutas, frutas secas, cereales, legumbres, carnes, raíces, verduras)
contienen todos los nutrientes necesarios para fortalecer nuestro organismo. La
propuesta es no consumir más de un 30% de alimentos diarios de origen industrial
o refinados.
Uno
de los aspectos en la actualidad que condicionan en mayor medida nuestras
decisiones es el tiempo. Dado que esta variable responde al momento histórico
que nos toca vivir, principalmente en las grandes ciudades, es importante reflexionar sobre nuestras decisiones
cotidianas en la elección de los alimentos que ingerimos regularmente.
Santiago
A. Favaro
Naturópata